De turista en mi ciudad: La Plata, septiembre de 2007

 

Segundo tour «turístico» por La Plata: Parque Saavedra y Estación Provincial

Estuvo mejor que el primero en términos de vivencias y fotos, ahora las veremos; y quedé un tanto triste y nostálgico… antes no entendía por qué.

Voy al grano: me dolió mucho una foto que saqué.

Me dolió lo lindo de la foto y lo jodido de los «personajes»: una nenita de quizá 6 años llamada Aylén, su hermanita de quizá 2 o 3 años, y su hermano de quizá 5 o 6 años.

Estaba caminando por la feria del Parque Saavedra, entre los diferentes puestos de antigüedades y artesanías: era todo lindo, el día, los objetos, la gente, la paz que se respiraba en el movimiento, en las miradas, en el sonido de los pasos, en la sombra, el viento y en el sol.

Y siento una voz aguda, como de una nena, que me dice «¿nos sacás una foto?»

Yo iba directo al Centro Cultural Estación Provincial, esperando ver la función de teatro comunitario del grupo Los Okupas del Andés, que festejaban su 4to aniversario; y la posterior presentación del grupo de percusión.

…y era la voz de un chico la que me interrogaba.

Cuando me doy vuelta, era un chico de estos que no se bañaron en varios días o semanas, no sé… con cara de «pibe genérico de villa».

El parque Saavedra es este que se ve en esta foto de otra persona:

: http://www.laplatamagica.com.ar/saavedraparchico.jpg

 

Bueno, le dije que sí: que le sacaría una foto, pero que no se la podía dar ahora… no lo entendían.

Entonces el pibe comenzó a mirar para otro lado, como si hubiera perdido todo el interés en la foto que me pidió, y ahí tomó la voz del grupo la hermanita del medio, Aylén.

«Y me la podés mandar después?» – dijo.

Le dije que sí; «¿manejaste alguna computadora alguna vez?»

«Sí» -me dijo alguno de ellos.

«Entonces te la voy a mandar por Internet», prometí.

Yo pensaba: «¿qué hago?». Les dije, «bueno, les saco la foto». A todo esto, dos mujeres en el puesto de feria que estaba a nuestro lado escucharon toda la conversación y vieron la escena.

Me alejé unos 6 metros, me puse en cuclillas, apunté, encuadré…. y pasó algo mágico: los tres adoptaron una postura y un gesto de postal de «Cáritas»…

Entraron en el cuadro perfectamente (aunque ahora veo que no fue así: el pibe quedó recortado un tanto), pero, digamos, me cuesta definirlo: se pusieron de un modo…… la de 2 o 3 años estaba en el medio, con la carita sucia, manchada, pero pelo rubio, en un momento sonrió, aunque eso no se ve en la foto. Ailén, pelo castaño oscuro, muy sucio, a la izquierda, y el hermano, que era más alto a la derecha…

Adoptaron una pose con tanta gracia fotográfica, que no pude más que disparar al instante,

…luego me acerqué y el chico me preguntó si se podía ver la foto.Nuevamente le dije que no, que no era una máquina digital, pero que se las iba a mandar, «a ver, esperame que consigo una lapicera»

Vi de reojo que las puesteras comenzaban a buscar algo, ya sabía que estaban presenciando la escena, de todos modos les pregunté si me darían una lapicera, aunque sabía que estaban buscando eso, y me la dio una mujer, junto con un papel para anotar.

Le pregunté a la chiquita su nombre, anoté «Aylén», y le dí dos de mis direcciones de mail en el papel, anoté «que me pidan la foto» y le dije que se lo diera a su maestra de la escuela (previamente le pregunté si iba a la escuela).

Ella se mostró muy activa conversando, espero que le dé ese papel a su maestra.

En fin, eso fue esa foto…. luego de que siguiera para la estación provincial y pasaran otras cosas, esta vez lindas, digamos, y al volver hacia mi casa, estaba nostálgico y no sabía por qué: y creo que fue por esa desprotección que sentí en esos tres chicos. Fue un momento raro, porque fue agridulce.

Yo me siento de algún modo como muy privilegiado en estar buscando algo tan trivial como sacarme fotos de turista; y ellos….. andá a saber luego dónde iban a pedir monedas o vender qué cosa.

El pelo de Ailén estaba tan sucio… y lo que me dolió más fue al darle el papel, esa imagen no me la olvido más: tenía manchitas en las manos. Tenía las manos con manchitas de alguna dermatitis.

Sea como fuere, tuve que seguir, no sé si podría haber hecho algo más… o no quería, o seguía con mi ego, lo que fuere. Es raro, guardar dentro de uno emociones tan dispares, poder contenerlas y seguir hacia otro lugar en el que se estaban festejando los 4 años del grupo de teatro comunitario y todo sería alegría, y más que alegría. La simpleza de caminar por unas calles, puede convertirse en algo rico, en una pequeña aventura.

Pensar que gasté nuevamente apenas 3 o 4 pesos.

O sea: 0.75 en el micro de ida, 0.75 en el de vuelta, 1.25 que le compré una cosita a un sordomudo en el micro, y $1.5 en unas galletitas.

Antes de esa foto, le pedí a un puestero que me sacara una foto, entre los puestos… y nuevamente me preguntó como otra gente «¿de dónde venís?». Nuevamente tuve que explicar el concepto de «Turista en mi propia ciudad», «no, soy de acá… lo que pasa es que elaboré el concepto de sacarme fotos como si fuera turista en mi propia ciudad»… el tipo se alegró… «ah, jaja, está bueno», dijo… «es interesante», pensó y dijo… yo le dije: «sí, está bueno, tenés que hacerlo algún día, porque la gente me ve como turista por la actitud, creo», le dije.

Gente con máquinas de fotos había por todos lados! No sé qué más puedo tener de turista que la cámara y la actitud, o el hecho de pedir que me saquen una foto… sólo saqué 2 fotos ahí, porque me quedaban 12 y faltan unos cuantos lugares de la plata.

Incluso camino a esa feria, había otra en otra plaza, y estuve enfocando cosas durante un tiempo y no saqué ninguna foto porque no me gustaba como se componía la imagen, no tenía gracia.

En fin, luego fui a http://static2.bareka.com/photos/medium/1847529/vieja-estacion-centro-cultural.jpg

El edificio de afuera es este, y ahí afuera fue el escenario http://www.clarin.com/suplementos/viajes/2006/09/03/thumb/f019dh01.jpg

La cosa estaba más o menos como se ve acá, pero con menos gente: http://www.prensadefrente.org/pdfb2/media/la_foto_01.jpg

Cuando llegaba, se escuchaban unos aplausos: había terminado la actuación del grupo de teatro, una lástima, pero ya iré nuevamente, dado que actúan todos los fines de semana.

El clima humano era hermoso: mucho sol en las caras, edades variadas, mucha juventud también, lindísimo… caras relajadas: desde l@s chic@s hasta las señoras de 60, o las de 40 o 50, o los viejos de 70 a 90, o los tipos de 40 o 50, todos estaban contentos.

Había unas sillas sobre el empedrado, y detrás a modo de pared, telas rojas colgando, como para hacer de fondo. Un tipo con un altavoz sin electricidad decía algo al público, estaba vestido como de murguero, con ropa colorida, y tenía anteojos negros… jugaba con un chico.

Miré un poco, respiré ese aire fresco, y me senté en una silla de las que había, junto a otra gente, de diferentes edades, estaban comiendo pastafrola, tomando mate…

Descansé un poco, la caminata me había cansado; el grupo de percusión comenzó a armarse, el ambiente era muy barrial. Se respiraba olor a barrio, pero como un «olor» a cosa autogestionada, no sé cómo explicarte. Un invento propio de esa gente, de los vecinos, orgullosos de haber tomado el lugar y recuperado para todos la Estación. Me sentía como dentro de un set de filmación de una película, todo lo que capturaban mis sentidos debería haber sido grabado, todos los sonidos, todos los colores, los quería grabar…. pero me relajé y dejé que entraran en mí resignándome a no poder capturar todo el momento.
Además, la experiencia personal siempre es más rica y compleja que lo que pueden captar los aparatos, che.

Por eso incluso en Mendoza no saqué ni una foto. Dejé que el viaje a Mendoza se mezclara en mis recuerdos, cosa de dejarlo deformado, como en los sueños, algo inalcanzable y recreado, imposible de encontrarlo en algo más que mi memoria.

Retomo: el sol daba desde la derecha y desde el frente, es decir, el sol se iba moviendo iluminando fuertemente todo lo que estaba a mi izquierda, la gente del grupo de percusión «batuquelé» o algo así, se vestía con remeras verdes, quedaba bien en contraste con el rojo de las telas de fondo; se acercaban chicas jóvenes con anteojos negros grandes, redondos, al estilo 60s, pero no eran «caretas», creo, era una onda más barrial.

Yo iba en busca de una foto de alguien bailando, esa era mi misión en realidad,salí de casa sólo para encontrarme con esa foto… si no podía volver con esa foto, digamos que la salida perdía gran parte del sentido.

El grupo comenzó a tocar, sería lindo que te mostrara al menos un cachito de sonido de ese momento…

Lo que me sorprendió es que después de 4 o 5 obras, casi todos bailaban.

Aparte había chicas lindas, entonces los viejos, todos bailaban, jajaja, sí: re bueno

Salvo, bueno, 1/3 de los que estábamos ahí, que no bailábamos, andá a saber por qué, pero se veía que los que no bailábamos éramos cada vez menos personas, y que éramos los que sacábamos fotos y/o éramos tímidos. Saqué dos fotos antes de que todos bailaran. Ojo que no era una murga exactamente, era un grupo de percusión bastante más complejo.

Había 3 filas de percusión, un director, con un redoblante, que no estaba vestido como los otros, sino como de entrecasa. La primer fila, contenía gente con instrumentos menos grandes y más agudos, y a la izquierda desde donde yo miraba había dos con instrumentos de percusión altos, es decir, largos; uno de los dos tocaba con mucho orgullo lo suyo; al lado de este chico morocho, había una morocha con mucha gracia, que cuando sonreía daba ganas de sacarle una foto con zoom, sólo a su cara.

… y se movían al ritmo, todos para un lado y para el otro. La 2da fila contenía instrumentos más graves en sonido y más grandes, todos los percusionistas tenían los instrumentos atados con algo especialmente preparado, a sus cinturas;
en la tercer fila había instrumentos más grandes y más graves aún, y uno de todos era el más grave, tenía unas masas grosas, ya no palillos como en la primera fila… le pegaba al bombo menos frecuentemente que el resto….. y todos respondían al director.

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Los ritmos eran bastante particulares, diría una mezcla de cosa «afro» con Río de La Plata… mucha buena onda: a veces sonaba brasileño, y te parecía estar en Brasil…. yo miraba la gente y entendía que estaba en Argentina, pero eso me resultaba raro.

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Saqué una foto desde la derecha, con el sol iluminando al publico… y luego me fui al edificio de la estación para sacar una foto desde la altura de una ventana. Esperé bastante la foto desde la ventana, el primer piso es muy alto… esperaba que hicieran un gesto significativo, que se movieran todos exageradamente: al final fue difícil, pero la foto quedó bien… si todas estas fotos no hubieran salido, hubiera sido una lástima, pero saldría de nuevo a sacarlas con mucho gusto.

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El sol quemaba el empedrado, la gente a la izquierda se animaba, algunos:bailaban 2 o 3, y el grupo de percusión seguía a la izquierda. Recorrí un poco el interior de la Estación, había una biblioteca; no la había visto antes.

Es esta la página Web de biblioteca: http://elfaldon.zoomblog.com/

No es muy grande, para nada, parece recién en construcción. Mayo 2007, recién abrió.

Seguí camino a ver la exposición de fotos nuevamente, el domingo pasado la había visto de noche, sin ganas. Ahora la vi mejor, pero volví abajo: lo que sonaba sonaba cada vez más a cosa brasileña.

Seguí expectante, en busca de sacarle una foto a alguien que bailara… pero la gente sentada… pocos bailaban, y sin muchas ganas.

Cuando la función terminó, todos comenzamos «otra! otra! otra! otra! »

Los percusionistas, contentos, comenzaron con otra, y ahí yo mirando y encuadrando algo… y esto se me borró de la memoria: no sé en qué momento se pararon todos a bailar… fue como en un segundo. Ya no había casi distinción entre percusionistas y público, y de la gente que había ido mucha tenía claro cómo bailar.

Sobre todo, sabrás, las mujeres jóvenes tienen más gracia para bailar que nadie más, así que entre el grupo buscaba que en algún momento la gracia de alguna chica fuera sobresaliente.

Era difícil encontrar una expresión que durara el tiempo necesario como para reaccionar y sacar «LA» foto. Una de las chicas, rubias, estaba como muy en lo suyo, no sé si bailaba bien bien, pero lo hacía con todas las ganas, entre el grupo, que se movía locamente.

Esperé que esta chica hiciera algún movimiento realmente lindo.

Y disparé: salió la foto!, eso espero. Misión cumplida.

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Luego había caras sonrientes muy espectaculares! Saqué foto a la cara de una mujer de 40 años, en realidad a un grupo, pero lo más sobresaliente era su cara de tentada: esa foto fue la única que no me escanearon en el laboratorio… no es tanto drama tampoco.

Después comenzaron a hacer una especie de «trencito», partieron un grupo, se sumaron otros, y luego los siguió el grupo de percusión entero, dando vueltas por la explanada empedrada del centro cultural.

En ese contexto, había 2 o 3 parados en sillas sacando fotos y filmando. En un momento comenzaron a cantar el cumpleaños feliz del grupo de teatro, que cumple 4 años. Diría que un 80 0 90% sonreía… eso se ve en algunas fotos.

No podías ocultar la sonrisa: el ritmo te llevaba. Sentía la onda, podía «saborearla», sentí que la gente saboraba el ritmo, sentí que lo degustaba y entonces comencé a darme cuenta que yo también lo degustaba, claro.

Sol, ritmos afroamericanos, gente del barrio de todas las edades, todos festejando a las 5 de la tarde de un sábado 22 se septiembre de 2007, un sábado cualquiera.

No se sabía cuándo terminaría todo eso. Se armó una cosa improvisada, nadie quería parar. En un momento, capaz que se cansaron de bailar, pero igual quedaban muchos bailando… me fui del otro lado, esperé alguna foto, creo que saqué otra….. y miré.. el director realizó un ritual que yo no conocía… llamó a alguien de entre el público, esta persona agarró su palillo (el del director), y lo arrojó al aire mientras el grupo tocaba y esperaba que el palillo cayera al suelo:
el palillo voló entonces unos segundos que se estiraron más de lo normal, por lo raro del ritual, y cuando cayó el grupo dejó de tocar: al unísono, y todo terminó.

Te quedaba una vibración en la piel, que te querías quedar ahí haciendo algo,
pero no conozco a nadie, así que ayudé a la cadena de sillas, o sea, de gente que ayudábamos a subir las sillas arriba, y comenzaron a cantar en joda «un soool, un soool, para los chicos, yo quiero un soool, un sol para los chicooos!!», haciendo burla de un programa caritativo que se hace en Canal 13.

Después me alejé, con nostalgia, y comencé a pensar por qué sentía nostalgia y tristeza: en parte por dejar ese lugar, en parte por la foto con los 3 pibes de la villa.

El resto no tiene gracia, esperé un micro y me volví, lo bueno es que descubrí qué micro me deja cerca de mi casa, así iré más veces a ese lugar.

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Más fotos:http://www.flickr.com/photos/marcospcmusica/ (y estas mismas en mejor resolución)

 

15 comentarios en “De turista en mi ciudad: La Plata, septiembre de 2007”

  1. Tenías razón, me gustó la historia. «Informe de un día», robandole el título a Manal.

    Hay que recorrer la ciudad donde uno vive. Y caminarla. Y vivirla. La rutina nos impide ver cosas lindas que están muy cercas, incluso que las vemos todos los días, pero no observamos.

    De vez en cuando hago eso en bs as. Pero sin cámara 😛
    Es como decis vos: no se puede captar todo. Y para captar «lo mejor», se necesita más que un buen fotografo, un buen artista. Y yo no soy ni uno ni lo otro. Pero igual se disfruta.

    Abrazo.

  2. si marcos el escrito es » barbaro» pero…. que tal de esos » chiquis» …puede que hayan concluido el dia plenos de alegria volando en una perspectiva sabia,si!….esa vitalidad que los hace ser ellos y no otros!
    pd: gracias por congelar desde una simple lente y la preciada luz, un dia en la vida!

  3. Muy buen relato Marcos, buena vivencia, buenas fotos. Me quedó tu nostalgia, esa que suelo sentir si salgo a pasear una tarde de domingo, cuando «no hay nada qué hacer, sino vivir…», es como un algo de vacío, aunque todo esté lindo y se disfrute, es como una soledad, como una flecha lanzada sin blanco donde acertar…trato de definir mi nostalgia, contagiada por tu relato. Gracias por compartir, los de Turismo debieran contratarte para promover lugares de la ciudad, ahora tengo muchas ganas de ir a la Vieja estación!

  4. Duele, latinoamerica duele, podria ser la foto de tantos chicos de tantos lugares….la dermatitis podria ser sarna, hay un monton…..y se hace poco, tan poco.
    Parece que conviene tenernos sin educación, y con hambre para que no podamos pensar mas que en algo para comer, es asi.
    Los chicos tristes porque no tienen nada y los tristes que lo tienen todo.
    La tristeza Marcos, eso nos joroba, la tristeza y la soledad. Y el abandono….
    Pero vale la pena tenerlo presente.
    Gracias
    Un beso enorme
    Carolina

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